Decálogo del tutor ideal
What’s up my dear readers! El día de hoy os traigo una entrada breve pero concisa. En clase hemos estado debatiendo las características que debe tener un buen tutor. Aquí os dejo los diez rasgos que conforman el retrato del tutor perfecto bajo mi punto de vista.
- Que sepa escuchar: esto es básico, ¿no? Es que si un tutor no sabe escuchar, dónde vamos a parar, a ver qué alumno va a ir a pedirle consejo.
- Que se preocupe por los alumnos: me parece esencial que los estudiantes sientan que la persona a la que acuden realmente se interesa por su situación porque así sentirán que el tutor quiere ayudarles.
- Que sea empático: si el tutor no sabe ponerse en el lugar de los estudiantes, ya me diréis cómo va a entender sus problemas para ayudarles a resolverlos.
- Que transmita ilusión y confianza a los alumnos: creo que esto es de vital importancia, ya que hará que los estudiantes se sientan más tranquilos y motivados y que sepan que el tutor es una persona a la que pueden acudir cuando tengan problemas.
- Que sea comprensivo: el tutor tiene que entender que cada estudiante tiene una situación personal y única, además de un carácter diferente, por lo que la situación que les rodea puede afectarles de manera distinta a cada uno. Me parece clave que un tutor sea consciente de ello para poder aconsejar y guiar a todos los alumnos.
- Que trate a todos los alumnos por igual: parece una tontería pero quería mencionarlo también. En mi opinión, un tutor no puede tener favoritismos hacia unos, ni manías hacia otros porque esto hará que sus decisiones pierdan validez y credibilidad.
- Que tenga capacidad de orientar a los alumnos: el tutor tiene que saber guiar a los estudiantes en su proceso de aprendizaje, teniendo presente que cada uno es diferente a los demás.
- Que tenga contacto con las familias: la familia es un elemento muy importante en el proceso de aprendizaje de los estudiantes y, como tal, creo que es recomendable que el tutor y las familias de sus alumnos hablen sobre el avance de sus hijos o cualquier otra cuestión que sea relevante para su desempeño escolar.
- Que sepa transmitir una educación basada en valores: el tutor es también un ejemplo y modelo para sus alumnos, por lo que tiene que tener transmitir unos buenos valores a sus pupilos para que se conviertan en buenos ciudadanos.
- Que sepa actuar con inmediatez y no ignore los problemas: un tutor tiene que ser accesible a los alumnos y dar una respuesta efectiva, a ser posible rápido. Con esto me refiero a que los alumnos tienen que saber cómo y dónde pueden contactar con su tutor cuando lo necesiten.
Espero que
podáis visualizar este retrato que brevemente he compuesto. Creo que todas estas son características esenciales para un tutor. Evidentemente hay muchas más, pero me parece que estas diez son de las más importantes para que el tutor desarrolle su labor de una manera óptima y pensando en el beneficio de los estudiantes. ¿Vosotros qué
pensáis? ¿Cambiaríais alguna cualidad por otra diferente?
Creo que es un buen decálogo, Isabel. En realidad esas características son muy necesarias en un contexto educativo como el actual, pero es difícil encontrar a algún tutor/a que las tenga todas. Sólo profesores que entiendan que la función tutorial va por delante del aprendizaje académico pueden conseguirlo.
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